CABECERA
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  SECCION ORIGEN  
 

 

El origen de los lanzamientos de huesos de oliva se remonta a la Edad de Piedra. Los primeros vestigios prehistóricos, pertenecientes al Paleolítico y Neolítico, se han encontrado en las cuevas del Barranco de los Grajos y la Serreta de la localidad murciana de Cieza (España).


En estos yacimientos arqueológicos podemos contemplar pinturas rupestres que representan a un hombre primitivo preparándose en su lanzamiento y que ya ha sido bautizado como el Homo Salmenorosus. Desde el Ayuntamiento de Cieza se están realizando las gestiones oportunas para que estas pinturas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sean restauradas y puedan ser contempladas por los visitantes.


Según arqueólogos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), la práctica del lanzamiento se extendió en la zona cuando se produjo el paso de la cueva al poblado, para domesticar a los animales y recolectar frutos silvestres. Se utilizaba como arma sorpresiva y arrojadiza contra el enemigo y como entretenimiento entre cacería y cacería de mamuts.


En el año 776 A.C., una expedición griega arribó a las costas del Levante español. Un griego, llamado Bartolopoulus, se adentró en el interior hasta llegar a las cuevas de Cieza. Contempló las pinturas rupestres que escenificaban el lanzamiento de huesos de oliva y se quedó maravillado.


Bartolopoulus regresó a la Antigua Grecia. Y en concreto a la ciudad de Olimpia, de donde era natural. En aquella época querían organizar unos juegos en los que compitieran los atletas de otras ciudades-estado helenas. Bartolopoulus propuso el lanzamiento de huesos de oliva como uno de las pruebas aprovechando el importante cultivo de olivos de aquellas tierras. Sin embargo, el comité organizador se decantó al final por el lanzamiento de disco.


Textos de cronistas griegos, hallados recientemente, demuestran que en esta decisión fue determinante la influencia del mecenas Pepelopoulus. Calificó el lanzamiento de huesos de oliva como deporte “antihigiénico” y “ordinario”. Ante las mofas y la frustración de Bartolopoulus, al ver que el lanzamiento de huesos de oliva quedaba relegado de los deportes olímpicos, decidió regresar con su familia a Cieza, instalándose en el cañón de Almadenes.


La práctica de esta actividad fue conservada por sus pobladores. En el yacimiento arqueológico romano de Bolvax se han iniciado las excavaciones del primer huesódromo público (recinto donde ciudadanos romanos y esclavos competían por realizar el lanzamiento más largo). Además, inscripciones de la época relatan como un descendiente de Bartolopoulus decidió construir una casa en el interior de la cueva de la Serreta para custodiar las pinturas rupestres del lanzamiento (en la actualidad es la única vivienda romana en el interior de una cueva hallada en la península ibérica).


En la época de dominación visigoda, el lanzamiento de huesos de oliva se convirtió en una competición utilizada como expresión de júbilo e higiene mental. Se realizaba a finales de agosto, para celebrar el cambio de estación y en honor a Bartolopoulus. De ahí que las tesis doctorales de algunos historiadores apunten a esta actividad como origen de la actual Feria y Fiestas de San Bartolomé.


Con la invasión islámica, los gobernantes musulmanes prohibieron los lanzamientos y los cristianos tuvieron que practicarlos en la clandestinidad (a escondías). Textos en latín, hebreo y árabe atestiguan que los cristianos se reunían en verano a orillas del río Segura para lanzar huesos de oliva. Los pobladores musulmanes de Medina Siyasa bajaban de la ciudad a la ribera a través de pasadizos secretos y con riesgo para sus vidas. La cita anual era un nexo de unión e integración entre cristianos y musulmanes.


En el año 1243, el rey Fernando III El Santo, representado por su hijo el príncipe Alfonso, más tarde Alfonso X El Sabio, crea la Orden de los Caballeros Lanzadores de Huesos de Oliva. Estos tenían por misión promocionar la oliva chafá de Cieza frente al infiel y defender con su vida las plantaciones de oliveras ciezanas contra los ataques de los sarracenos, ya que desde el año 1235 la mayoría de los reyezuelos locales del reino de Tudmir pugnaban entre sí por hacerse con el control de estas plantaciones.


En 1667 se crea una Alcaldía Mayor, a la que años más tarde se le concede el dominio del Valle de Ricote. Para evitar conflictos internos que afecten a la comarca se suspenden los concursos de lanzamientos de huesos de oliva, ya que siempre ganaban los ciezanos. Existen datos de un lanzamiento de 10’90 metros.


En 1995, un grupo de amigos, conocidos ciudadanos de Cieza y descendientes de Bartolopoulus, crean la Asociación Amigos de las Oliveras. Amantes y estudiosos de las antiguas costumbres, deciden recuperar una de nuestras más ancestrales tradiciones con el objetivo de hacer realidad el sueño de Bartolopoulus de que el lanzamiento de huesos de oliva sea algún día deporte olímpico. Se redactan las bases de estos nuevos concursos, se buscan patrocinadores, nos maquillamos y… hasta hoy.


*Basado en dichos populares. Toda coincidencia con la realidad es pura casualidad.

 
     
 

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